El Escudo Del Diseñador: Acerca De Los Críticos Y De Los Que “Sólo” Opinan

No conozco a un solo diseñador que no acabe adquiriendo una cierta fama de quisquilloso y cascarrabias. Es un caparazón, un escudo que el creativo que trabaja por encargo acaba fabricándose para protegerse del entorno adverso en el desempeña su labor creativa. El ataque continuo y persistente de los “críticos” (aquellos supuestos creativos frustrados que tienen alguna idea interesante alguna vez en su vida pero carecen de talento ni ingenio para llevarla a cabo, por lo que, en realidad, no son nada) y que, corroídos por la envidia, arremeten contra las obras ejecutadas de los diseñadores.