¿Qué necesita una persona para poder ser diseñador? ¿Cualquiera puede serlo? ¿El hecho de ser un artista te convierte en diseñador?
Se te da bien dibujar y has aprendido a usar alguna aplicación de diseño, como Photoshop… ¿Quiere decir eso que ya eres un diseñador?
Voy más allá: estás sin blanca, pero tienes un buen ordenador y habilidades con el ratón, y estas sacando un dinerillo haciendo flyers para algunas discotecas… ¿Te convierte eso en diseñador?
A diferencia del artista, que sólo precisa de imaginación y un mínimo talento para elaborar su obra artistica, un diseñador requiere de formación, de conocimiento publicitario, y de ciertas dotes, algunas de las cuales se pueden aprender y otras requieren que se nazca con ellas..
La formación es fundamental. El diseñador debe conocer realmente qué es el diseño, para qué sirve, cuál es su finalidad. Debe formarse en teoría del diseño. Debe aprender a formular las soluciones creativas para cada necesidad. debe tener claro su propósito y llevarlo a cabo con eficacia. El diseñador debe aprender a usar las distintas herramientas y emplear la más apropiada en función del elemento a diseñar. El diseñador, además, debe aprender a comunicar, y esto último, es lo más difícil, y precisa de experiencia.
Pero además de la formación, es primordial que el diseñador posea unas dotes concretas. La curiosidad es la primera de todas ellas. Curiosidad por el entorno, por todo lo que le rodea. Curiosidad por saber cómo funciona un aparato, o para qué sirve determinado producto. El diseñador también debe ser objetivo, e imparcial. No podemos odiar ningún color. No podemos descartar ningún elemento, ninguna forma, ninguna combinación.
Pero quizás la más importante de todas las dotes es que el diseñador debe tener sensibilidad. Sensibilidad para apreciar los matices de una idea, para comprender a su cliente, y la naturaleza de su producto. La sensibilidad es esencial. El otro requisito es la capacidad psicológica.
¿Para qué necesita un diseñador tener habilidad psicológica? Para comprender mejor el target hacia el cuál va dirigido un producto, y poder planificar y construir las emociones a medida. Un diseñador es un manipulador de emociones, y el producto que va a diseñar debe afectar al usuario para captarlo como cliente; no puede dejarlo indiferente.
Y, por supuesto, creatividad e imaginación. Si un diseñador carece de imaginación, nunca podrá ser un diseñador de verdad. Se limitará a ejecutar las ideas de otros, se convertirá entonces en un mono. ¡Cuidado! También existen y son necesarios los diseñadores-ejecutadores, y si consideras que ese es tu sitio, no tiene nada de malo. Pero entonces, yo al menos, no te voy a considerar diseñador. Permíteme que te llame operario de diseño.
La otra gran virtud es la capacidad de trabajar en equipo. El diseñador debe aprender a trabajar en equipo ya que el diseño, al fin y al cabo, está bajo las órdenes del equipo de marketing. En ocasiones, surgen diseñadores tan capaces y talentosos que ellos solos controlan e integran todo el proceso. Pero son casos minoritarios. La publicidad es extensa y compleja, y es mejor especializarse que intentar abarcarlo todo.
Así que ya sabes cuáles son los requisitos fundamentales del diseñador: debe formarse para conocer realmente la profesión y las técnicas, y debe poseer curiosidad, objetividad, sensibilidad, capacidad psicológica e imaginación. ¿Te consideras un diseñador auténtico?
Aïssa López
15 de Abril de 2014
(publicado originalmente en www.aissalopez.com)